El Atolondradicho
“La surmoitié, el rostro feroz de lo femenino”, Un comentario de El Atolondradicho
Por Yovana Perez
“El Atolondradicho” es conocido como el último gran escrito de Lacan; texto oscuro y arduo, no sorprende que sea uno de los menos comentados. Es como si su escritura imitara el equívoco contenido en el propio título: en efecto, “L´ Etourdit” se traduce como “el dicho atolondrado” y también como “las vueltas de lo dicho”; dicho que, lo mencionará luego Lacan, será siempre un medio–dicho, una verdad a medias que gira en torno a lo imposible del decir. La lectura parece evocar esta circularidad del dicho y a la vez, esta confrontación con un decir que no se atrapa.
Concluido en el año 1972, se enmarca en el –denominado así por Miller- sexto paradigma del goce cuya marca central es el “no hay”: no hay relación entre el significante y el goce, entre el saber y el goce. No hay relación sexual. Sólo hay de lo Uno. Y justamente lo primero que nos muestra Lacan, con la frase que trabaja al inicio: “Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se oye”, es la imposibilidad de escribir la relación entre el dicho y el decir.